Bienvenid@!!!

Bienvenido/a a mi diario, un espacio donde hago "público" lo que antes de la existencia de los blogs sólo podía quedar reservado al ámbito privado, y que gracias a la posibilidad de quedar en el anónimo me atrevo a mostrar.

¿Por qué hacer público lo privado?
Porque siempre quise escribir para un lector que pudiera sentirse identificado, validado y comprendido con mis sentires, porque siempre quise escribir para que otros pudieran sacar provecho de mis experiencias y aprender de mis errores, porque siempre quise compartir pensamientos que de alguna u otra manera pudieran ayudar a otros. Nunca imagine que además pudiera obtener el inmenso beneficio del feedback que la opinión, comentarios, y pensamientos de los lectores me puede otorgar. Lo que invierte un poco lo que pretendía lograr, ya que terminó siendo yo la más beneficiada!

Los blogs han superado mis expectativas entorno a la posibilidad de compartir, le han dado una nueva dimensión.
Espero que de alguna manera puedas llevarte algo de este pequeño espacio que tanto pretende!

martes, 24 de mayo de 2011

Pisando los 40




Hace mucho que no escribo porque debo reconocer que mi vida ha estado patas para arriba en los últimos meses y deliberadamente dejaré el tema de la escuela para otro momento. Sigue siendo un "tema" pero en esta ocasión quiero contarles otra cosa.

Es en relación al título de este post, ya que si bien estoy lejos de los 40, así me siento. En realidad hace muy poco que cumplí los 33, pero desde que cumplí 32 me siento de 40.

Esto no es nuevo (el sentirme mayor) pero esta vez ha superado bastante la edad real que tengo. Mi relación con la edad siempre ha sido un tanto compleja. Desde que tengo noción de pensar en ella casi nunca ha encajado mi edad cronológica con mi edad "sentida". Cuando era un puber deseaba volver a ser un niña pequeña, y no me identificaba con mi edad, al punto que no era consciente de las dimensiones de mi cuerpo y me solía llevar cosas por delante. Si bien esto es bastante común a una edad en que el cuerpo cambia mucho, a veces más rápido de lo que uno lo puede asimilar, esto continuo en mi vida hasta que estuve embarazada. Fue recién en ese momento, con 24, que empecé a tomar conciencia de mi cuerpo, o casi diría yo a tener conciencia de que tenía un cuerpo, y que no sólo era una cabeza. Suena un poco exagerado pero les aseguro que se acerca bastante a lo que era mi realidad psíquica.

Recién a los 23 me pude amigar con mi edad y estar feliz de tener la edad que tenía y querer vivir de acuerdo a la realidad de esa edad. Pero pronto la balanza se fue equilibrando para el lado contrario y a los 26 ya me empecé a sentir demasiado próxima a los 30. A los 27 ya me sentía pisando los 30 y tenía la sensación de que me habían robado la juventud. Por fortuna cuando cumplí 30 ya tenía la edad asimilada y estaba feliz de llegar a una nueva década para la cual vislumbraba muy buenas perspectivas. Era un nuevo comienzo, plantada de otra forma en la vida. Pero resulto ser también una década bastante tormentosa(al menos en estos primeros tres años) y sucedieron muchos acontecimientos que me han empujado a crecer y evolucionar. En realidad es positivo y necesario, pero agotador. La sensación, ya a los 32, era de haber vivido una década y estar pasando la curva de los 40.

¿Por qué una curva los 40? , porque seguramente uno ande a esas alturas por la mitad de la vida(aunque nunca se sepa realmente cuando se esta pasando esa línea, para algunos es siendo aún muy jóvenes) y este pegando la vuelta. Quizás el error este en pensar la vida como una subida y bajada, siendo que es más bien un círculo, ya que en definitiva se termina donde se empezó, y si uno llega a edades avanzadas el final de nuestra vida se asemeja en mucho al principio, ¿no?

El círculo resulta más grato y simbolicamente representa lo que realmente creo de la vida: no tiene en realidad un principio y un fin, nacemos y morimos infinidad de veces en la eterna búsqueda del alma por ir mejorando en cada ciclo, hasta que algún día lo consigue y bueno quizás ahí el círculo este completo!!!


miércoles, 9 de marzo de 2011

Cuando las horas en la escuela se hacen largas


En estos días que he pasado muchas horas en la escuela de mi hija, (al principio sin demasiado consentimiento de la escuela, hoy con el consentimiento de la psicopedagoga de la misma, que supo comprender la situación) un niño, con una pregunta que me plantea todos los días, me ha producido a la vez mucha ternura y pena.

Al verme en varias ocasiones sentada en un banco junto a los baños(donde paso la mayor parte de mis horas de espera) y yo sonreirle cada vez que pasaba, se animo a lanzarme la pregunta que lo tenía consternado: "¿Cuánto falta para que los niños de primer grado se puedan ir a su casa?" Mire el reloj y le dije"Media hora", a lo que me pregunta de inmediato: "¿Y eso cuanto es?", le contesto"30 minutos", y se me prendió la lamparita de como explicárselo. "¿Que dibujitos miras?", "Discovery Kids", "¿Qué dibujitos de Discovery?", "Lazy Town", "Bueno, entonces faltan dos Lazy Town", le contesto en ese momento pensando que cada episodio tenía una duración de 15 minutos(luego me corregiría mi hija y a partir de ahí fui más precisa, un Lazy Town equivaldría a media hora) Se fue satisfecho con la respuesta.

Al día siguiente a penas me ve me pregunta: "¿Cuantos Lazy Town faltan para que los niños de primero puedan irse a su casa?". Todos los días se repite la pregunta, que cada vez se hace más breve, hoy fue un simple"¿Cuánto falta para que nos vayamos?" La respuesta dibuja una sonrisa o un decepcionado"Ah!" dependiendo de la cantidad de Lazy Town que contenga la respuesta.

Este pequeño niño de cabellera rubia y ondeada, con todo la inocencia de un niño de unos 5 o 6 años, es un reflejo de la espera un poco angustiante que sienten algunos niños para volver a sus casas. No todos los niños lo viven igual, ya que no todos los niños son iguales, lamentablemente la escuela plantea un programa para clones que no existen. Entiendo que para la escuela sea casi una misión imposible considerar la unicidad de cada niño, es evidente que somos los padres que debemos comenzar a cuestionar nuestra forma de educar, en ese proceso me encuentro.

A veces me gustaría cerrar los ojos y hacer oídos sordos...para hacerme la no enterada, suena más fácil, pero POR SUERTE, ese ya no es un camino posible para mi, después que VI Y OÍ, ya no hay marcha atrás. Solo queda la posibilidad de buscar información, cuestionarme, pensar y decidirme por la mejor opción para mi hija. Además de buscar que mi esposo pueda seguir el mismo proceso para poder tener otro par de ojos y oídos que vean y escuchen lo mismo y puedan aportar otros punto de vista y para poder tomar una decisión en conjunto.

En otra entrada les contaré como me fue!

jueves, 3 de marzo de 2011

ESCOLARIZACION: Cuando la impotencia inunda


Así me siento hoy: angustiada, impotente, frustrada, preocupada, porque como mamá no puedo darle a mi hija lo que quiero.

Cuando era pequeña si bien no era sencillo seguir mis instintos, era bastante menos complejo que ahora. Las únicas personas con las que tenía que lidiar para lograrlo eran mi esposo y familiares más cercanos. Sin haber leído ( por aquel entonces) sobre el colecho instintivamente la dejaba durmiendo a mi lado, lo cual me generaba conflictos con mi esposo que consideraba que su lugar era la cuna. Pero le gustara o no, lo tolero durante casi un año y medio. En ese momento ella era tan grande y la cama tan angosto que realmente para poder descansar bien yo también necesitaba que pasara a su cuna(que permaneció junto a nuestra cama hasta los 4 años y medio )

Pero a medida que los niños crecen los espacios de convivencia con otros ámbitos fuera del hogar empiezan a complicar el panorama para las mamás que criamos "diferente"...en las plazas ya muchas veces nos encontramos con situaciones un poco difíciles de manejar. Antes de que mi hija empezara el jardín tenía una gran pasión por ir a la plaza y jugar con otros niños. Apenas llegabamos con una rápida mirada buscaba algún niño con quien jugar y se iba a instalar con sus juguetes alado. Yo la dejaba elegir y la seguía. A veces otros niños se iban sumando y recuerdo uno en especial que siempre estaba acompañado por una muchacha muy joven que lo "cuidaba". En esas ocasiones me tenía que sentar muy cerquita de mi hija y estar alerta por que en más de una ocasión y sin motivo alguno este niño la intentaba morder(y a todos los niños que tuviera cerca). Yo lo evitaba agarrándola rápidamente.

Intento criar a mi hija con parámetros de respeto, afecto, mirada, contención, paciencia...digo quiero porque no siempre lo logro, muchas veces me salta el automático que tiene que ver con mi crianza donde no siempre estuvieron presentes estos elementos. Cuando lo hago me doy cuenta en forma inmediata de que no esta bien lo que hago, algunas veces puedo controlarme y parar, a veces incluso disculparme y reparar, pero otras veces a pesar de tomar conciencia que saltó el automático(mi yo más intolerante, violento, irrespetuoso, rígido, destructivo y crítico) no me puedo detener. ASI QUE MUCHAS VECES LA LUCHA ES CONMIGO MISMA Y OTRAS VECES CON EL MUNDO EXTERIOR!

Hoy me dilema es con el afuera, con ese mundo que no puedo cambiar para que mi hija vaya pisando sobre un lecho de rosas y no sobre uno de cardos. Le puedo dar herramientas para poder lidiar con el mundo real sin que ella necesariamente tenga que ser como los demás, pero como hacer mientras que es demasiado pequeña para tener que lidiar con la realidad sola???

Ese lugar donde tiene que manejarse sola hoy en día es la escuela. Ese lugar que tantos consideran sagrado para el desarrollo de sus hijos, yo lo considero un gran obstáculo, un lugar donde se mina la creatividad y espontaneidad infantil, un creador de clones no pensantes y de imaginación atrofiada. Quizás resulten un poco exageradas y fuertes mis afirmaciones pero la filosa manera de expresarlo no quita lo cierto(desde mi personal punto de vista). Pero en Argentina, como en Uruguay(y no sabría decir cuantos países más pero supongo que una gran mayoría) la educación es obligatoria, y no hay opción a disentir y querer educar a nuestros hijos de otra manera.

Tal es así que hasta hace algunos años no me cabía en la cabeza la idea de que los niños no fueran a la escuela y pudieran ser educados de otra manera, la educación libre era una locura absoluta que no comprendía, pero no había reflexionado sobre las características arrasadoras de la educación generalizada(a pesar de que lo había sufrido) y tampoco lo había vivido aún con mi hija.

A esta situación se suma que tampoco tengo mucho para elegir en la ciudad donde vivo. Son pocas las escuelas, tanto en el ámbito público como privado, para la población de niños de la ciudad, con lo cual no hay banco en la mayoría de las escuelas(a menos que uno tenga contactos) y todas tienen clases muy numerosas.

Antes de entrar a primer grado mi hija hacia una cuentas bastante difíciles en forma mental, le divertía que el padre le diera sumas y restas, como 1020+200, y ella con apenas 6 años daba rápidamente la respuesta. Obviamente tenía una habilidad especial con los números que fue tristemente arrasada por la escuela. Al poco tiempo de comenzar el primer grado ya no hacia más esas cuentas, porque, palabras de ella "todavía la maestra no me lo enseñó entonces no lo puedo hacer ". Ojo que fuera a desobedecer a la maestra...imagínense mi frustración.

Hoy me encuentro ante el dilema de que querer acompañarla en la adaptación a su nueva escuela y no poder, y además ser tachada de madre sobreprotectora y que no le permito desprenderse de mi. En esa categoría solemos caer las mamás y papás que apostamos por una mirada respetuosa y afectuosa hacia nuestros hijos. Las que pretendemos criar con apego nos convertimos en sapos de otro pozo.

Me inunda la angustia e impotencia cuando pienso que mañana tengo que dejarla en la escuela y solo puedo contar con su propia capacidad para tolerar la situación rodeada por adultos que no van a respetar sus sentimientos y emociones, ni sus tiempos. Como los padres llegamos a dejar solos tantas horas a nuestros hijos en la selva moderna sin protección?

miércoles, 2 de febrero de 2011

Reverdeciendo


Como el cesped en mi ex-jardín lodoso, así me siento, con nuevos bríos y ganas de escribir.
La naturaleza hizo su magia y todo el verde de mi casa reluce, sólo faltaba un poco de paciencia. La naturaleza tiene sus ciclos al igual que las mujeres. Pero la sociedad patriarcal en la que vivimos nos enseña a ser impertinentes con los ritmos naturales, propios(en el caso de nosotras mujeres) y ajenos(en el caso de la naturaleza).

Al observar la variada flora que tengo en mi casa y sus ciclos de crecimiento he aprendido que el tiempo es un factor importante en la vida y que todo tiene sus ciclos, que la muerte y resurrección es parte de la vida y la inmediatez sólo corre en los ritmos del consumo frenético en que los individuos nos hemos sumido en la actualidad.

Como mujer, y como ser viviente inmersa en un planeta viviente, no puedo ser ajena a los ciclos de la naturaleza, mis ritmos, humor y estados anímicos suelen estar influenciados por los ritmos de la naturaleza y las estaciones. Si aprendemos a fluir con ello en vez de empecinarnos por estar desconectados y ajenos al mundo natural que nos rodeo seguramente podremos sacar mayor provecho de cada ciclo y estación, además de poder finalmente encontrar la armonía con nosotros mismos y nuestro entorno.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Entre el lodo y los escombros

Si, así me encuentro en mi casa después del último temporal de Santa Rosa, que para mi de Santa nada.

Claro que la culpa no es del temporal sino de nuestra fabulosa idea de nivelar el terreno con tierra que sobraba de la instalación en el barrio de los caños de la red cloacal (en febrero), pero que aún no funciona.Al pastito no le dio tiempo para crecer, y así tenemos una basta llanura de tierra que se inunda con pequeñas charcas ideales para jugar cuando se es niño pero a las que rotundamente prohíbo a mi hija acercarse, con lo cual le saco la única posibilidad de utilidad a estas pequeñas acumulaciones de agua turbia.

A todo esto la situación se agravó en nuestra búsqueda de poder estacionar los autos(eso nos pasa por tener un auto y medio) sin tener que pisar el barro cuando descendemos del vehículo, con lo cual hemos terminado de destrozar lo poco que quedaba de césped(o más bien yuyos, pero bue..).

En conclusión el panorama además de ser un lodazal imposible es un panorama profundamente deprimente.

Lo más irónico de todo es que nuestro vecino de enfrente se encarga de picar escombro(con lo cual afea bastante la visual de enfrente con grandes montículos poco estéticos) y colocarlo donde se necesita. Porsupuesto que esto sería una gran solución a nuestro problema, sino fuera porque mi esposo se ha empecinado en no querer contratarlo, porque dice que hace lo que quiere. No dudo que así sea pero me temo que mi esposo es igual, e igual que el vecino piensa que se las sabe todas. Así trajo un lote de escombros que consiguió por ahí en nuestro pequeño trailer y lo que conseguimos fue lodo mezclado con escombro.

Así, desde la ventana de mi dormitorio miro con anhelo el prohibido escombro del vecino, y desde el estar el deprimente panorama de la entrada y parque de mi casa. Siempre por averiguar presupuesto de otro escombrero (como se dice?) pero siempre esperando ante un presupuesto apretado(les conté que el vecino nos permite pagar a medida que podamos?)

Suspiro y me resigno a que el sol haga el remedio hasta que la próxima lluvia traiga las charcas nuevamente a su lugar, me despido felizmente con el sol brillando en el agua...

viernes, 23 de julio de 2010

Del papel a la compu


A los que nos hemos pasado la vida escribiendo pero sin muchas posibilidades de compartirlo la blogosfera se ha convertido en el lugar que siempre soñamos.

Conservo una carpeta llena de papeles sueltos (el primero que encontraba) con pensamientos, reflexiones, pequeños momentos que quedaron grabados para siempre (o al menos hasta que los decida conservar) Cada tanto los re-leo, algunas veces me río, otras veces me entristezco.

Siempre escribía para un lector imaginario, aunque nunca estaba la intención de compartirlo. Para eso tenía los cuentos que nunca terminaba pero que tampoco me gustaba mostrar! Ni soñar por aquel entonces (década de los 80 y 90) una posibilidad como esta!

Me quedo un poco paralizada ante tanta posibilidad, quizás deba tomar un papel suelto y un lápiz nuevamente para poder aceitar una costumbre bastante herrumbrada. Enemiga acérrima de la computadora hasta hace muy poco, me parece increíble que esta me de la oportunidad de expresarme por primera vez ante posibles lectores. Pero heme aquí amigándome con el teclado, el mouse, la tecnología y un diario virtual, que me obliga a escribir, por primera vez en mi vida, en forma ordenada y organizada.

He escuchado que lo que se sube a Internet nunca se pierde, de alguna forma queda ahí en el espacio virtual aunque uno lo quiera borrar? pregunto y me disculpo por mi ignorancia en un tema que no manejo, a penas lo suficiente para poder expresar esto y dar las gracias a quien se le haya ocurrido esta idea de los blogs por darme la posibilidad de escribir para lectores reales!!!

Si es así, quiere decir que esto va a ser más eterno que mi carpetita rotosa llena de hojas de origen variado garabateadas (porque eso sí, la letra me la entiendo sólo yo!)???